jueves, 25 de septiembre de 2008

El PP demanda una gerencia de Cercanías en Galicia

Celso Delgado recuerda que Galicia es la única comunidad del litoral sin este servicio

El PP cree que es de suma importancia para los gallegos que se implante en Galicia un servicio de Cercanías de trenes en condiciones y recuerda que éste era uno de los compromisos que ya figuraban en el pacto suscrito entre BNG y PSOE y que hasta ahora no se había cumplido.

Para Celso Delgado, este servicio debería, a su vez, contar con una mayor subvención pública que permitiera una oferta tarifaria competitiva y facilitara una mayor accesibilidad de los usuarios y un rápido incremento de la demanda; además de que este servicio debería estar coordinado con los Planes de Transporte Metropolitanos que promueve la Xunta de Galicia desde 2004.

El PP recuerda que Galicia es en la actualidad la única Comunidad Autónoma del litoral que acrece de servicio de trenes de Cercanías, cuando es un servicio que ayudaría a eliminar la "saturación" en los accesos a las ciudades y que permitiría absorber el 50% de los incrementos de tráfico que se producirán en los próximos años en la Autopista del Atántico.

Los populares gallegos proponen la puesta en servicio del tren de cercanías entre Tui-Porriño- Vigo-Pontevedra; A Coruña-Ferrol y Ourense-O Carballiño-Taboadela; Santiago con Padrón, Catoira, Vilagarcía y Portas.

El Partido Popular entiende que Renfe Operadora debe crear una Gerencia de Cercanías en Galicia, que será la encargada de planificar y definir los servicios y las frecuencias a implantar y de aportar los trenes necesarios para prestar este servicio; y ADIF tiene que determinar las necesidades de nuevas estaciones o apeaderos e ejecutar las obras correspondientes.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ayer conocimos, sábado 11 de octubre -gracias a un micrófono abierto sin que Rajoy hubiera caído en la cuenta-, que toda la prosopopeya del pasado año, protagonizada por tan excelso patriota fue una inmensa tomadura de pelo. Resulta que ir al desfile es para el jefe de la derecha un "coñazo". "Mañana tengo el coñazo del desfile..., en fin, un plan apasionante", le comentó jocoso Rajoy a su subordinado Javier Arenas. Ni ardores guerreros, ni banderas para victoriosos deportistas, ni féretros de militares muertos cubiertos por la enseña bicolor, ni firmes convicciones patrios que fomenten el orgullo español, ni cabezas altas, ni feliz día de la nación, ni la biblia en pasta.

Rajoy políticamente es un desastre. Lo ha vuelto a demostrar con el episodio descrito. Carece de sentimientos cuando la política es también pasión. Se le nota a primera vista que interpreta un papel que ni él mismo se lo cree. Es un veleta, que cambia en función de por donde sopla el viento. Su nota de rectificación es patética. A la desesperada vuelve a "animar" a los ciudadanos a "celebrar con entusiasmo" la fiesta nacional. ¿A quién trasmite confianza un burócrata como éste? Se lanzó a salvar Navarra -es conveniente recordar su imagen en la manifestación de Pamplona- y lo único que ha conseguido es que se le rompa su partido allí donde insistía el PP que podía romperse España.

Al patriota de hojalata el desfile le parece un "coñazo". ¿"Firmes convicciones" adornan a los dirigentes del PP? Venga, no nos tomen a los demás por tontos. Aznar presumió de catalán porque intentaba llegar a la Moncloa como fuere. Y si le hubieran pedido en CiU que cantara Els Segadors lo habría hecho. Rajoy pensó que monopolizando el patriotismo -y nada mejor para ello, según debió de imaginar, que aprovecharse del 12 de octubre- aún podría ganar en las elecciones. Pero perdió y un año más tarde califica de "coñazo" lo que defendió antes. ¿Cinismo? ¿Insoportable levedad del ser? Sea lo que fuere, a Rajoy, otra vez, se la ha visto el plumero.

Esto es el pp.